viernes, 1 de noviembre de 2013

Historias de Jalogüin


El Ministerio de Interior del Reino de España ha colocado cuchillas afiladas con forma de hacha en las alambradas que separan los residuos coloniales del Imperio español del resto de África, para que se dejen la piel a tiras los que quieran entrar de contrabando en nuestro jardín. No necesitamos más mano de obra esclava por el momento, tenemos bastante con los trabajadores nacionales. Cuando los esclavos se convierten en emigrantes se vuelven sucios e incómodos. Por eso el gobierno de la República francesa (¡¡socialista!!) expulsa a niños gitanos (ilegales) que seguían su escolarización perfectamente integrados. Mientras, las encuestas de previsión de voto vaticinan un próximo triunfo clamoroso de los fascistas de Le Pen. Los franceses van a elegir puras sangres mejor que jamelgos. Normal. ¡Heil Hitler!


A lo largo del largo y tórrido verano patrio, las muchachadas del PP, altivo el ademán, han aprovechado las fiestas de los pueblos y hasta los colegios públicos para hacer demostración de sus orígenes y creencias: el generalísimo Franco, las camisas azules que tu bordaste en rojo ayer, las banderas con el aguilucho desplumado, las cruces gamadas, las pistolas y las porras. ¡Viva Franco! ¡Arriba España!

En este segundo acto de la obra de teatro que se representa, los actores se han quitado las máscaras. La simpática ancianita que engatusaba a Caperucita la Roja, se ha desprendido del disfraz y ha hecho su aparición un tipo brutal, soez y paleto que la va a violar salvajemente, para empezar la fiesta. Mientras, los compañeros de Caperucita, refugiados en parlamentos, partidos, sindicatos y asociaciones, debaten si son galgos o son podencos. ¡Son los canallas, asesinos y ladrones de siempre; gilipollas! ¿Es que no os dais cuenta? Los mismos que perdieron (¿están seguros que perdieron?) la Segunda Guerra Mundial, los nietos de los que ganaron la Guerra Civil española.

A lo suyo, la católica, incólume y apolillada Iglesia española sigue celebrando las canonizaciones de sus mártires de la cruzada, con la bendición a distancia del nuevo Papa peronista y la asistencia masiva del Gobierno de la nación. Mientras miles de víctimas de la barbarie de las tropas franquistas, golpistas y usurpadoras, siguen pudriéndose en cunetas, descampados y estercoleros. La memoria histórica es un carril de una sola dirección. ¡Viva la Santa Inquisición!



Aquí termina la historia. No se alteren. Era sólo un cuento gótico para la tradicional celebración de Jalogüin, fiesta que, como todos saben, se remonta en España a la baja Edad Media, cuando se inició la pasión popular por los muertos vivientes, las carnes putrefactas y los huesos de santo. Sigan disfrutando, por favor. No se me inquieten. Gocen de la vida. Los campos de exterminio del futuro próximo van a ser diseñados por arquitectos post modernos. Nada que ver con las cutreces de Dachau y Auswitch. Cuando los metan allí se sentirán actores, actrices en una película gore. ¡Qué diver! ¡Será super fuerte, tron!