domingo, 2 de noviembre de 2014

CHORIZOS, TONTOS DEL HABA Y EL RESTO DE LA TRIBU


Las tribus con poco desarrollo emocional e intelectual, desde tiempos remotos, cuando se ven enfrentadas a hechos que superan su capacidad de reacción, sacrifican una víctima propiciatoria para intentar calmar a los cabreados dioses. Así han hecho los pre homínidos de Ejpaña: ante el ataque del ébola se cargan al perro Excalibur. Apaciguadas las fuerzas ultra terrenas, la historia ha seguido su curso y los primates, cada vez en mayor regresión hacia sus orígenes de caníbal, siguen celebrando el desastre patrio.  

Si en lo emocional no son capaces de idear algo más sofisticado que cepillarse a un pobre bicho indefenso (lo hacen con centenares de ellos todos los veranos en  las indecentes fiestas patronales, con el Toro de la Vega a la cabeza), por lo que respecta al raciocinio, a lo más que están llegando es a apuntarse al Podemos- ser-cada-vez-más-tontos, esa secta de iluminados que van a arreglar los negocios terrestres subiéndose a los cielos (¿o quieren decir a la peana?). El que desee conocer a fondo quiénes son en realidad esos salteadores de caminos haría bien en acercarse a la página Marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es. Monsieur Marat disecciona con la pericia de un cirujano a esos carteristas.

Comentan los sociólogos y otros estudiosos de la tribu que esta reacción de las masas es lógica en un momento en que el descontento está llegando a límites máximos como consecuencia de la crisis económica y los recuentos de víctimas. Todas las semanas, en un goteo incesante que suena a programación computerizada, los medios, de la mano de jueces y policía, nos entretienen con un nuevo capítulo de la serie más premiada: "Ponga un corrupto en su vida". Una serie muy entretenida aunque con escasa imaginación, cuyo argumento está más que visto (chorizos a la brasa). ¡Vaya novedad! ¿Alguien ha leído aquí aunque sea una revista de divulgación histórica. Eso parece; si no no se extrañarían tanto de que todo huela a chorizamen. Lleva oliendo así desde los tiempos de Atapuerca.




                                                                 ©Angelo Prey


Lo más patético son esa legión de rasgadores de vestiduras, que se manifiestan escandalizados ante el rebaño numeroso y soez que ha metido el cazo en el saco. Se les nota demasiado que su reacción obedece a la envidia: ¡Cómo les hubiera gustado haber sido ellos! Porque, como se creen más listos, piensan que no se habrían dejado pillar y estarían ahora disfrutando de la rapiña, sin pegar palo al agua, que es la aspiración máxima de un aborigen patrio. 

¿Qué pasa, que nadie se había dado cuenta de nada hasta ahora? ¡Venga, ya! Lo que ocurre es que andaban muy ocupados recogiendo las sobras que les tiraban desde arriba estos mismos que ahora aparecen en primera página de camino hacia el trullo.  A la envidia hay que sumar la desvergüenza. Si gracias a ellos os habéis comprado esos cochazos descomunales, habéis levantado esas casonas mastodónticas y con piscina, os habéis hecho unos severianoballesteros, habéis viajado por medio mundo echando de menos en plena 5ª Avenida, precisamente, un buen bocata de chorizo. ¿O nos vais a hacer creer que ese despliegue de pasta se debe a vuestro trabajo? ¡Si os pasáis la vida pintando la mona, que en este país, trabajar, lo que se dice trabajar, lo hace una selecta minoría!

Las primitivas tribus de la zona se caracterizan, además, por ser muy cortas de vista o aplicar a rajatabla eso de que "no hay mejor ciego que el que no quiere ver". Me quieren decir que esos golfos que pernoctan ahora entre rejas, no cantaban ya por soleares cuando desempeñaban sus cargazos en gobiernos, parlamentos y organizaciones sociales varias. Si ya tenían la misma cara de batracios bien cebados, de pollos mamporreros. Son los mismos, ¿eh?, y los votabais a mogollón una vez tras otra. ¿Para qué? Para que siguieran robando y vosotros de paso. Pero, claro, ahora se ha cerrado el grifo y de ahí viene vuestro cabreo y el apuntarse a Jodemos, mientras os hacéis un implante capilar, a ser posible con coleta. ¡Sois igual de sinvergüenzas y, además, nos tomáis por tontos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario